Provengo de una familia humilde, sin televisor ni otro efecto eléctrico. Tuve lactancia materna pura hasta los diez años porque no teníamos dónde calentar la leche. A esa edad mi padre resultó vanguardia nacional y fue estimulado con una cocina de luz brillante.
Mi padre trabajaba las 24 horas del día por miedo a quedarse dormido para el trabajo, pues no tenía despertador. Con ese ritmo de trabajo constante, volvió a salir vanguardia y le vendieron
por el sindicato un gallo muy puntual. Cantaba a las tres de la mañana y por tanto mi padre siguió siendo el primero en llegar al trabajo, con lo que acumuló suficientes méritos para obtener un VEF-206 que alegró la vida de toda la familia. Solo que teníamos puesto todo el día radio-reloj para saber la hora de irnos a trabajar o a la escuela.
A los 14 años ingresé a los CDR, en cuya organización mi padre y yo donábamos hasta 12 litros de sangre anuales y 500 horas de trabajo voluntario, pues el sindicato iba a estimular a los trabajadores nuevamente y te verificaban en la cuadra. Así logramos un TV Caribe a crédito cuando yo tenía 32 años de edad y definitivamente pude conocer a Elpidio Valdez. El TV se rompía constantemente y cuando al fin terminamos de pagarlo, ya estábamos en la cola para
reposición y optar por un TV ruso, para lo cual confeccionamos nuestra primera autobiografía.
Nos explicaron que eso no era cosa de un día y que podía demorarse, mientras tanto debíamos utilizar la técnica del puñetazo. He tenido dos fracturas de muñeca y trastornos visuales de todo tipo y una escoliosis pronunciada, porque el monitor solo se ve desde un lateral. Gané el premio al más ahorrador de energía eléctrica, tratando de obtener mayor nitidez de la imagen en la oscuridad, aunque me plantearon la crítica constructiva de que permanecía muy encerrado todo el día.
Seis años después nos entregaron un monitor de computadora de 14 pulgadas para aprovecharlo como tubo de pantalla y así nos mantenemos siguiendo las mesas redondas para fomentar nuestro espíritu revolucionario y poder optar por los famosos PANDA a color, aunque más bien para el disfrute de mis hijos y nietos, pues a estas alturas yo me conformaré con los programas que tengan servicio especial para ciegos e hipo acústicos.
Así, solicito sea tenida en cuenta mi trayectoria laboral y mi condición humilde y en la próxima bronca sindical por los mencionados televisores y, quisiera que conste esta solicitud como la última voluntad de un moribundo.
Revolucionariamente,
Humildo Sinná de Antaño
(Recibido por email)
Mi padre trabajaba las 24 horas del día por miedo a quedarse dormido para el trabajo, pues no tenía despertador. Con ese ritmo de trabajo constante, volvió a salir vanguardia y le vendieron
por el sindicato un gallo muy puntual. Cantaba a las tres de la mañana y por tanto mi padre siguió siendo el primero en llegar al trabajo, con lo que acumuló suficientes méritos para obtener un VEF-206 que alegró la vida de toda la familia. Solo que teníamos puesto todo el día radio-reloj para saber la hora de irnos a trabajar o a la escuela.
A los 14 años ingresé a los CDR, en cuya organización mi padre y yo donábamos hasta 12 litros de sangre anuales y 500 horas de trabajo voluntario, pues el sindicato iba a estimular a los trabajadores nuevamente y te verificaban en la cuadra. Así logramos un TV Caribe a crédito cuando yo tenía 32 años de edad y definitivamente pude conocer a Elpidio Valdez. El TV se rompía constantemente y cuando al fin terminamos de pagarlo, ya estábamos en la cola para
reposición y optar por un TV ruso, para lo cual confeccionamos nuestra primera autobiografía.
Nos explicaron que eso no era cosa de un día y que podía demorarse, mientras tanto debíamos utilizar la técnica del puñetazo. He tenido dos fracturas de muñeca y trastornos visuales de todo tipo y una escoliosis pronunciada, porque el monitor solo se ve desde un lateral. Gané el premio al más ahorrador de energía eléctrica, tratando de obtener mayor nitidez de la imagen en la oscuridad, aunque me plantearon la crítica constructiva de que permanecía muy encerrado todo el día.
Seis años después nos entregaron un monitor de computadora de 14 pulgadas para aprovecharlo como tubo de pantalla y así nos mantenemos siguiendo las mesas redondas para fomentar nuestro espíritu revolucionario y poder optar por los famosos PANDA a color, aunque más bien para el disfrute de mis hijos y nietos, pues a estas alturas yo me conformaré con los programas que tengan servicio especial para ciegos e hipo acústicos.
Así, solicito sea tenida en cuenta mi trayectoria laboral y mi condición humilde y en la próxima bronca sindical por los mencionados televisores y, quisiera que conste esta solicitud como la última voluntad de un moribundo.
Revolucionariamente,
Humildo Sinná de Antaño
(Recibido por email)
3 comentarios:
Liborio compadre, yo no sabia que tu tenias un blog. Tu eras asiduo de otros, bien que recuerdo. La he pasado superbien aca. Muy gracioso.
Suerte.
Hay cojoneeeeeeeeeeeeeeee!!! Me muero de la risaaaaaa!!!!!!
Liborio, que comico!
Acabo de encontrarme este blog...Eres un sala'o man....me duelen las tripas de reirme...
pOpEyE :)
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