Plaza Mayor coscurante,
en Agosto plena llama.
De gorriones y palomas
se me va llenando el alma,
del marrón de las paredes
y el blancor de las ventanas.
El olor de los orines
me llega desde la Habana.
(cuarenta y tres grados sombra
y un millón de grados sol
van derritiendo las horas
en la abulia del reloj,
debajo de aquellas cruces
de la gran casa de Dios)
Guiris de melena rubia
con sus shores y sandalias,
rumanas de ojos tristes,
ecuatorianas muy flacas,
el precio de la cerveza
a cuatro pavos la jarra
y las oscuras raices
de la pradera africana
crecen obtinadamente
en el Madrid de los Autrias.
Ya tengo un piso en Atocha,
no llega a una quinta planta,
entre Ecuador y Marruecos,
contiguo a una sevillana.
Tropiezo con cuatro suecos,
me maldice una gitana
que va diciendo la suerte,
pero mi suerte se acaba
y dicen, los que me han visto,
que tengo muy mala estampa.
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1 comentario:
qué bueno está eso, aunque tengas el ánimo oxidado y la birra esté cara.
a la buena el palo y la mala pal catcher, libo.
un abrazo.
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