Un chiste que dejaron en Generación Y
Un chiste que circula en La Habana resume la expectación que se apoderado últimamente del pueblo cubano:
Castro se muere. Los cubanos hacen filas para demostrarle su respeto. Al frente de la fila está Felipe Pérez Roque, ministro de Relaciones Exteriores. Pérez Roque se para delante del ataúd de Castro e inclina la cabeza. Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional, espera su turno. Pasan los minutos. Alarcón se pone nervioso. Da una palmadita a Pérez Roque y murmura: “¿A qué esperas? Ya está muerto, ¿no?”. Pérez Roque responde muy bajito: “Ya sé que está muerto. Pero todavía no sé cómo voy a decírselo a él”.
2 comentarios:
'stá bueno :))))
Me dio un ataque de risa... saludos liborio!
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