miércoles, enero 31, 2007

Como putas en cuaresma

Como putas en cuaresma se han alzado a protestar los que no protestan ni por la bomba que cayó a mil kilómetros del ropero o del refrigerador. Parecen decir: “a la lucha a la lucha, no somos fuertes, pero somos muchas” Resulta que tras un mes de ausencia en Cuba, a mi regreso me encuentro con que Encuentro ha hecho un invernal Agosto con el caso Pavón. Créanme, ni el bodeguero de mi cuadra, ni la peluquera ilegal de la esquina tienen una puta idea de quién diablos es Pavón, nunca es su vida han leído un libro, ni saben que coño fue el Consejo Nacional de Cultura. El caso Pavón en Cuba (a nivel de calle) ha tenido la misma repercusión que la muerte de una destacada periodista en Moscú o en de un periodista asesinado en Kabul, es decir, ninguna. Todo esto no son más que puterías de intelectualitos de segunda, que eran todos ellos en aquella época porque han muerto o se han ido los de primera (Guillén, Carpentier, Lezama, Eliseo Diego, Piñera, Cardoso, Novas Calvo, Labrador Ruiz, etc.) y lo siguen siendo (ahora Miguel Barnet, a punto ya de la enfermar de cagalitrosis, está recibiendo premios de muchachos)
Es fácil de explicar el estancamiento de la cultura y los pavonados si pensamos que en Cuba triunfó la Barbarie sobre la Civilización. Cuando los Dorios invadieron Grecia destruyeron la civilización del Egeo y hubieron de pasar 200 años para que esta se recuperara. Los Dorios eran pueblos bárbaros que tenían la ventaja de ser grandes guerreros y portar armas de hierro, mientras que los derrotados portaban armas de bronce. Algo similar sucedió en Cuba, el Ejercito Rebelde estaba formado casi totalmente por guajiros analfabetos de la Sierra Maestra, a los cuales Fidel les prometió tierras e incluso les hizo una Ley de Reforma Agraria en el monte. Estos nuevos “bárbaros” se convirtieron en los dirigente del gobierno y el estado luego de expulsar a las clases civilizadas que se fueron a Miami y que allí dominan no sólo la política y los negocios de esa ciudad norteamericana sino que tienen un montón de representantes en el Congreso, algunos tan importantes como Mel Martínez, recientemente electo presidente del partido republicano o como el cura que oficia para los presidentes de la Unión, mientras que en la isla los bárbaros como Pavón no han conseguido civilizarse, porque al que nació cagando en el platanal o en un excusado no le es fácil luego, después de viejo, distinguir las sutiles diferencias que existen entre el papel sanitario y la hoja de plátano, por lo que no es de extrañar que la carencia de papel higiénico durante 48 años de barbarie no se haya echado en falta por el gobierno. Es por eso esa obsesión del Coma-andante con la educación, expulsó a los sabios y se quedó con los brutos. De esta manera nada más natural que aparezcan en Impronta (programa que. por demás. no ve nadie, excepto los familiares de los que salen ahí y en este caso los asustadizos intelectuales) “Los Pavones”, porque para los dirigentes de la televisión (y de la revolución) cubana el “pavonato” fue una época gloriosa para ellos que son sus seguidores y no, como piensan “los protestantes”, un capítulo olvidado de nuestra oscura historia de los últimos 48 años.
¿Por qué los que protestan contra la aparición de Pavón y los otros verdugos de los años setenta no protestan contra los verdugos de hoy? ¿O es que acaso hoy no hay verdugos? ¿Por qué no solo no se proyectan en la televisión los filmes que dice Colina, sino que no se pone a Frank Delgado (La habana está de bala o Bolero nostálgico para artista emigrados) a Carlos Varela (La política no cabe en la azucarera o Como los peces), o por qué no se publica a Reynaldo Arenas (Antes que anochezca), Cabrera Infante (La habana para un infante difunto) o Heberto Padilla (Fuera del Juego), George Orwell (Rebelión en la Granja o 1984), Vargas Llosa, (¿Qué tienen de contrarrevolucionario La Ciudad y los Perros o La fiesta del Chivo?) etc? La censura no murió con la muerte del Pavonato, simplemente las estructuras cambiaron, los nombres cambiaron, pero la esencia de la dictadura, la represión y la censura no. Ahora el mecanismo es más sutil si es que puede ser sutil la censura y han incorporado algunos antiguos censurados al sistema, ahora pegados al jamón, pero sólo con la condición de la docilidad. Si algunos han salido a protestar contra “Los Pavones” (bonito nombre para una orquesta de timba cubana, o para el equipo nacional de boxeo) ha sido únicamente porque han temido perder el jamón. Salieron cacareando como gallinas en un gallinero cuando se les ha metido el zorro dentro. ¿Por qué no salieron a protestar cuando encarcelaron al grupo de los 75, muchos de ellos periodistas, o cuando asesinaron a los tres muchachos en 2003? Esos no son problemas que les atañen, no van a perder las prebendas por algún que otro preso o algún que otro fusilado.
¿No es sintomático que en la época en que comienza a reinar Castro (“el bueno”) aparezcan, reivindicados (como las putas), individuos que estuvieron bajo su mando directo? Esto puede obedecer a tres factores, el primero que el propio Benjamín Castro haya dado la orden de reivindicarlos y posiblemente rehabilitarlos como prevención o tapa de la caja de Pandora que puede abrirse con la muerte del Cyborg-commander (aunque por el camino que vamos, al igual que en la novela de Isaac Asimov, “el hombre” podrá vivir 200 años, si se le cambian algunas cañerías y se le destupen algunas válvulas, no sin razón, Zeus fulminó a Asclepio con un rayo); el segundo factor y quizás el más probable es que los actuales censores hayan tratado de congraciarse con el General reinante y hayan decidido desempolvar y sacar de la oscuridad a estos, ya de por si, oscuros personajes, aunque como bien apunta Colina algunos no son tan oscuros y tienen cargos importantes aún dentro de los medios y el tercer factor es que los propios implicados hayan hecho valer antiguas relaciones para aprovechar el nuevo reinado y volver a pegarse al jamón y es ahí cuando los censurados de antes han salido a protestar porque bien se sabe que “el jamón” no alcanza para todos y como bien dice Reynaldo Miravalles en una de sus maravillosas actuaciones “La vida es un cachumbambé y para que unos estén arriba otros tienen que estar abajo”
Finalmente quisiera aclarar que si uso putas para designar a estos intelectuales es en el sentido de alguien que vende lo más preciado para poder vivir, las putas venden su cuerpo (¿habrá algo más preciado que el cuerpo de una mujer?), los intelectuales venden sus ideas y el alma, es decir que son menos honrados que las prostitutas y más viles. Si he ofendido a alguna prostituta son semejante comparación, les ruego que me perdonen, por lo mal escritor que soy. Que las putas también son buenas y los que no lo crean que le pregunten a Cristo por Magdalena.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Para los lectores de simbolos queda claro que usted es un homosexual reprimido.

Infortunato Liborio del Campo dijo...

Ano-nimio.

Lo de reprimido te lo acepto. He estado reprimido durante 43 años.
Y lo de homosexual, si lo fuera, tampoco me ofendería.

Saludos

Liborio

Garrincha dijo...

te iba a decir que tenías mala leche al escribir lo que escribiste, y me parece muy bien.
pero coño, el anónimo que te acusa de loca de closet tiene más mala leche que tú.
el pobre.
o la la pobre.
anyway, es importante destacar que la repercusión del pavongate ha sido muy localizada.
intensa, pero localizada, como dices.
no nos mandemos a correr.