Cabalgaré en tu cintura
como en potranca salvaje,
heredera del linaje
de la arábiga más pura.
Hundiré mi lanza dura
en tu caliente regazo,
te ceñiré con mi abrazo
y gemirás en mi oído
de placer y oiré el sonido
de tu orgullo hecho pedazos.
sábado, julio 21, 2007
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