viernes, junio 01, 2007

Segunda Carta a Enrisco

Ex_timado En_risco:

Luego de encontrarte por tercera vez (espero que sea la vencida, no la ven-SIDA) y por suerte no en Encuentro, es obvio que te mereces otra carta por tu desaparición de los predios artístico-literarios del ex_ilio cubano.

Desde mi primera declaración de la sábana hasta hoy han transcurrido nueve meses y la principal no-ve-edad que quisiera comentarte es que, por fin, nos encontramos en la misma situación de ex_iliados. Resultó, que desde que me propuse tomarme en broma esto de la litera-dura con el propósito de aparecer algún día en tu Pequeño Larousse, se me hicieron incontrolables los deseos de traspasar, definitivamente, la barrera que me imponían los Canarreos, pues, después de 40 años escuchando, en el menticiero de la telaví-sión cubana, sobre la situación tan crítica e insoportable en que se encontraba el capitalismo mundial, la tentación de venir a ver, personalmente, su inminente y estrepitosa derrota me fue sencillamente insoportable, entonces “me empadroné en Marbella / en una suite de una estrella / con mi palillo de dientes, / vacilando de costao / donde corta el bacalao, / la jet set del delincuente. / Donde los jeques / blanquean los cheques del petrodólar / y marean a don Quijote / con un lingote de pepsi cola.”

Te confieso que lo que más me ha sorprendido, al llegar aquí, es de lo mal informado que están los capitalistas acerca de su inminente descalabro. Al parecer nuestro Invisible Coma-andante en una de sus más brillantes estrategias les ha ocultado hasta el último momento la terrible noticia de la desaparición de la sociedad de consumo y del pronto advenimiento del Paraíso Quinquenal. La técnica empleada no deja de admirarme cada día, por lo inteligente y sofisticada. El Invisible, luego de convencer a sus aliados soviéticos y de Europa del Este para que se demerengaran, ha hecho destruir completamente Cuba con el sólo propósito de confundir al enemigo y hacerles creer que lo que está siendo derrotado es el socialismo (¿o muerte?). He podido observar como los incautos e inadvertidos capitalistas de la Madre Patria consumen sus últimas toneladas de jamón de Jabugo y sus penúltimos toneles de Pedro Domecq. Para agregar más confusión a la situación, nuestro Victorioso Coma-andante ha fingido una grave y desconocida enfermedad llamada “Secreto de Estado”, que tiene intrigada a toda la comunidad científica internacional. Menuda sorpresa se llevarán cuando el Histrión-commander se yerga desde sus ruinas para dispararles el tilo de gracia con uno de sus interminables dis-cursis.

Durante su falsa enfermedad el Camaleón-commander ha descubierto una nueva técnica para mantenernos sigilosamente informados de las calamidades que sobrevendrán al planeta Tierra antes del cataclismo final. Dada la imposibilidad de dar largos discursos en los que delataría al enemigo su proverbial vitalidad y su estrategia, el Blogger-commander ha estado utilizando las nuevas tecnologías para, mediante el aún más novedoso procedimiento del copia y pega, dar cálculos exactos de todos y cada uno de los tres mil millones de muertes que ocurrirán en los próximos 10 años a causa de la delirante idea capitalista de sustituir parte de los hidrocarburos por biocombustibles. Los datos que posee nuestro Genio-commander son sorprendentemente exactos acerca de la cantidad de flexiones de piernas que cometerá cada cortador de caña antes de morir de desempleo.

Otras de las geniales ideas de nuestro Bigbrother-commander está a punto a tener un éxito rotundo. Se trata como recordarás de la construcción del “hombre nuevo”, porque yo te pregunto ¿podría construirse el hombre nuevo sin destruir completamente al hombre viejo? No, eso está absolutamente demostrado, que mientras exista el “hombre viejo” el “hombre nuevo” no podrá desarrollarse, pues será contaminado con todos los vicios de este. Entonces, por lo pronto, el Newman-commander no sólo ha condenado a muerte a los tres mil millones que te mencioné arriba, sino que, además, para dar el ejemplo, está empezando por casa y ya en este mismo año de su fallecimiento la población cubana de Cana-rreos adentro ha comenzado a disminuir, aunque hay que reconocer que, en parte, porque ha aumentado aceleradamente la población de Cana-rreos afuera. Luego de conseguida esta primera fase de la desaparición del “hombre viejo”, víctima de las calamidades que le esperan y cuando ya no quede un solo ejemplar de esta despreciable especie en el planeta, transformado para ese entonces en el Paraíso Quinquenal, volverá a ser poblado por millones de “hombres nuevos” surgidos de la barba de nuestro Papá-commander.

Cumplido mi más elemental deber de informarte sobre los últimos acontecimientos ocurridos en la Blogosfera, de lo que espero hayas sentido un extraordinario goce, me despido de ti con la vana (de vanidad) esperanza de que algún día me contextes.

Mientras tanto seguiré visitando el Blog de ese tal, Enrique del Risco, que suplanta tu personalidad, para ver si, algún día, coincido con Arangueño y me deleito con alguna de sus amenas disertaciones tales como: “Estudio sobre la influenza de la zafra del 70 en El Quinquenio Agris-dulce” o “Estudio sobre la impotencia de los discursos del Coma-andante en la litera-dura cubana”.

En cuanto a darle espesor o extensión a tu obra libertaria, aunque conozco algunos métodos (verbigratia añadirles papa o, más modernamente, soja) que le han dado un impeorable resultado a algunos de nuestros más ilustres apellidos literarios, no te lo recomiendo, por una razón muy simple, según Borges, (Serbio, el director del equipo Cuba), el espesor, en la litera-dura, da escozor, en los genitales externos.

Como última cuestión quisiera advertirte, que para que ni se te ocurra, ni te pase por la mente en ningún momento apoderarte del título de mis inselectas obras, que publicaré postema-mente, lo dejo aquí reservado: Se llamarán: “Obras Ex_cogidas”. Si acaso te atrevieras a usurpar mis izquierdos sobre este título, sabrás que te enfrentarás a una demanda de divorcio.

Si más te saluda afectuosa-mente

Infortunato Liborio del Campo y su altera-egos Conde de Lotromonte.

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