A Virgilio Piñera
No digan que nadie afrontó
en aquel pavor hablado,
que, en el reino del iluso,
nadie valor ha mostrado.
¡Que coraje hace falta
para confesar el miedo!
La más grande valentía
fue su temor de viejo.
¿Cómo se sabrá si el verso
está en contra o a favor?
¿Quién será el que juzgue
su perfectible adhesión?
Quedaba a la voluntad
infalible de aquel héroe,
hijo de la trinchera
del clamor y de la fiebre.
Y mientras todos callaban
en aquel profundo espanto,
él su terror expresaba
en un magnífico acto.
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