No me ames María,
sálvate de la agonía
del crujir de entresuelo,
sinónimo de consuelo
de esta barbacoa mía.
No me ames María,
elude el barrio marginal,
huye si no traigo el agua
del Cotorro hasta Managua
u otra distancia igual.
No me ames María,
corre de las telarañas,
del hedor de las paredes,
del barrio de “sal si puedes”,
de las comidas extrañas.
No me ames María,
aléjate del camello
de la lycra y la chancleta,
del a pie o la bicicleta
que me tienen sin resuello.
No me ames María,
córrete de esta suerte,
de este corte de caña,
de esta enjuta maraña
que me anuncia mi muerte.
No me ames María,
que la rumba esta muerta,
como una elegía larga,
como rota es mi adarga,
como triste es mi puerta.
No me ames María,
abandona la sequía
de este surco sin aliento
y proseguirá el contento
al llanto y la algarabía.
No me ames María,
fíngete calculadora,
vete con ese extranjero
que tiene casa y dinero,
seguro y Computadora.
No me ames María
fúgate del cariño
de este torpe enamorado
que llora desconsolado
y te quiere como un niño.
No me ames María,
no sufras mi desgracia
que el amor no lo es todo,
pude amarte a mi modo,
llena eres de gracia.
miércoles, febrero 21, 2007
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario