¿Que tengo? vamos ver
Que de Juan sin nada sigo.
Si no “toco” no consigo
la vianda para comer.
Quisiera poder tener
lo que creo me merezco.
Me dijeron: “Te ofrezco”;
de eso hace muchos años.
Y con mentiras y engaños
me tornaron Juan Burlesco.
Juan sin nada siempre fui.
Juan con menos me mantengo.
Juan con poco seguiré
por los tiempos de los tiempos.
¿Andar dices mi país?
Te juro que no he podido,
de mi pueblo no he salido
como afincada raíz.
No acepto ningún matiz.
Te lo digo firmemente.
Pregúntaselo a mi gente.
Malamente me han dejado
ir al pueblito de al lado
a trabajar diligente.
Juan sin nada siempre fui.
Juan con menos me mantengo.
Cantando continuaré,
aunque cueste un juramento.
Dueño de nada Guillén.
Si todo nos lo quitaron.
La propiedad arrasaron.
No dejaron ningún bien.
Sino, reanímate y ven
para que tu mismo mires,
que para que a dueño aspires
preciso es ser extranjero,
y para el cubanito obrero
no hay derecho aunque suspires.
Juan sin nada siempre fui
Juan con menos me mantengo
A ti te preguntaré:
si no oyes mi lamento
Ya ni zafra decir puedes.
El monte es del marabú
donde se pierde el sijú.
De ciudad puede que quedes
desilusionado y ruedes
por carreteras vacías.
Y ni en bancos, ni alcancías,
el cubano ya posee
moneda, aunque lo desee,
ni ahorros tuvo en sus días.
Juan sin nada siempre fui.
Juan con menos me mantengo.
La espinela encenderé
si no me siento contento.
Dicen que tengo conciencia
saber, solidaridad
y que tengo libertad
educación, libro y ciencia.
Coño… pero que paciencia
con el plato de frijoles;
hay que echarle caracoles,
porque con esas sazones
de argumentos y razones
no se aderezan las coles.
Juan sin nada siempre fui.
Juan con menos me mantengo.
Las sazones que me den
ni las como ni las siento.
En un hotel, a las puertas,
no me paro ni jugando
que el paso vienen cerrando
guardias que están muy alertas,
con las miradas despiertas,
previniendo con su acción
de muy ruda persuasión,
que ningún cubano pueda,
ni mucho menos se atreva
a pasar ese bastión.
Juan sin nada siempre fui.
Juan con menos me mantengo.
Que ni me consolaré
ni me sirve de escarmiento.
A las puertas de un Hotel
ni siendo blanco me atrevo
y negro no me la juego
a asomar allí mi piel.
Que a obtener respuesta cruel,
para mi orgullo, me expongo
que no hay ningún negro Congo,
Carabalí, ni Mandinga
que no manden a jeringa
y no tiren a mondongo.
Juan sin nada siempre fui.
Juan con menos me mantengo.
Que el dinero que gasté
venga con mucho fomento.
A leer si que aprendí
aunque no sirve de mucho
porque siendo sabiducho
no me quieren por aquí.
Dicen: “Mejor para ti
que no pienses nunca nada,
que al final de la jornada,
no conviene pensamiento
que ande suelto, como el viento,
complicando la jugada”
Juan sin nada siempre fui.
Juan con menos me mantengo.
A mis dioses rogaré
por mi paisano harapiento
¿Que tengo vamos a ver?
El policía oriental
que no es la guardia rural
pero puede parecer.
Que no hay cuartel puede ser
aunque tampoco hay los bares
cafeterías, lugares,
donde mi Martí lozano
valga como buen cubano
como valen los “dolares”.
Juan sin nada siempre fui.
Juan con menos me mantengo.
y los males que cargué,
todos, se los lleve el viento.
Ahora, a estas alturas,
no me dejan mas que el mar
y con violento remar
evitar la sepultura,
que me ofrece la ola dura
y sin temor ni cansancio,
huyo de este amargo y rancio
menester que me acongoja,
del picadillo de soja
y el “chispetrén” que me escancio.
Juan sin nada siempre fui.
Juan con menos me mantengo.
Y soñando moriré,
aunque quiebre mi instrumento.
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