martes, octubre 24, 2006

Anglicismos y desencuentros

Me llama la atención el comentario de la lectora María José Furió, (Barcelona) sobre “Todos Mulatos”. -Liborio ¿te estarás volviendo culto y apreparado?- me pregunté alarmado y acometí la tarea de revisar el texto en el Word para ver que dice Bill Gate del Español de Marcelo Jiménez Jiménez y encontré algunas palabras que quizás no sean muy ortodoxas, (¡ay que fino!) quizás sean neologismos (¡muérete! de envidia Cervantes!) inventados por Marcelo o que tomó prestado por ahí, como (identitario, despigmentar, mulatez, cimarronaje, jineterismo, mulatización, criollez, deriz) pero lo que es anglicismos (descontando los nombres “propios” Spice Girls y Brad Pitt, que se escriben en el idioma de Shakespeare) sólo veo “videoclips” que aparece en el diccionario de la RAE “videoclip. (Del ingl. videoclip). m. Cortometraje, generalmente musical, de secuencias breves y formalmente inconexas, usado con frecuencia en publicidad”.

Efectivamente “identificativo” o “identificatorio” debieron sustituir a “identitario”, por otro lado si el verbo “pigmentar” existe en Español, no veo porqué “despigmentar” no pueda también existir cuando se trata de la aplicación de un prefijo, tan utilizado en nuestra lengua para denotar “inversión del significado del simple”, siguiendo esta lógica si se quería ser estrictamente castizo, debió escribirse “desrizado” en lugar de desriz, aunque en el Español hablado en Cuba se use “desriz”.

En cuanto a “mulatez” podemos alegar que si existe el sustantivo “mulato” y hasta el verbo “mulatizar”, la palabra que designa la calidad de lo mulato bien pudiera ser “mulatez”, como de “pálido” es “palidez”, o de “sencillo” se deriva “sencillez”.
“Jineterismo” es un cubanismo que, va y con suerte, la RAE, con esa agilidad que le caracteriza, registrará en el siglo XXII, así como por ejemplo el vocablo “sanaco”, recogido como cubanismo por Pichardo en su Casi Razonado Diccionario Provincial (casi sazonado hubiera escrito yo) y que hoy todavía la RAE no acepta en su cementerio, digo en su diccionario. (A veces como sucede con los grandes artistas ante el público, las palabras, llegan a obtener el reconocimiento de la RAE cuando ya están muertas) En resumidas cuentas que no veo los anglicismos por ninguna parte.

Por otro lado, en uno de sus humoradas Enrisco se encarga de traducirles a los españoles la palabra “parqueo” y el otro día en una noticia sobre la traducción de la novela “La Iniciales de la Tierra” de Jesús Díaz al Inglés, se comentaba sobre la inclusión, en la edición, de un grupo de textos que son “necesarios” para “entenderla”, como un glosario, una cronología histórica, etc y el autor se preguntaba “cómo entenderían los españoles muchos pasajes, al no contar con notas que aclararan determinadas frases o términos, o que ubicaran debidamente una trama novelesca que sería inimaginable sin los acontecimientos históricos que la condicionaron, y que su autor tanto privilegia. Pensaba en expresiones como hacer una guardia vieja, recibir un reporte por tibieza o echar un palo, o en palabras como vacunao, abairimo o pura” y quizás, cuando se trata de verter una obra literaria a otra lengua, se plantee ante el traductor este tipo de preguntas, que él deberá resolver, aunque, cuando la obra llegue al lector, ya debió pasar por un proceso que haga digerible la prosa de Tolstoi, de Akutagawa, o de Joyce en Español o en Mandarín, pero no es una cuestión para el lector que ya debe recibir el texto en lenguaje vernáculo y de esa manera “echar un palo” podrá traducirse al Inglés como una de los tantas formas del “slang” que designan esta saludable práctica sexual y son propias de esa rica lengua; pero lo que me deja sorprendido es que los lectores y escritores no nos entendamos en nuestra propio idioma, que sea menester traducir del “Cubano” al “Castellano” o del “Argentino” o del “Mexicano” al Español y más en una época donde los medios de comunicación están tan adelantados, (transformando este mundo en algo tan pequeño como un cine de barrio) como para leer en un solo día de navegación en la “Web” textos escritos en 10 variantes diferentes del Español y para muchos además en dos o más idiomas. Y me parece que el problema es peor del lado de allá del atlántico, porque los latinoamericanos con una cultura media, ya sea por la literatura, la prensa, las películas, etc somos capaces de entender bastante los diferentes regionalismo americanos, como el léxico mexicano (cuate, pinche, hijo de la chingada) o la peculiar entonación de los argentinos y su inveterada costumbre de los imperativos (corréte che, ¿vos no tomás las cosas en serio?).

Entiendo que hay muchos escritores “falsos elitistas” que esconden su ignorancia y su falta de perspicacia para entender el mundo o transmitir una idea (si es que la tienen) mediante el velo de un lenguaje petulante, enrevesado y confuso, cuando es la claridad en la expresión uno de los aspectos primordiales de una buena redacción. No se puede negar que el estilo se torna farragoso en algunos autores jóvenes (hay quienes no logran superarlo nunca o que empeoran con los años proporcionalmente a la vaciedad de espíritu) pero de ahí a no terminar de leer un texto porque contiene muchos “anglicismos”, eso señor mío es pura ignorancia de lo más elemental del idioma. Eso significa que este lector nunca podrá leer Cien Años de Soledad, El Amor en los Tiempos del Cólera (en España ni siquiera hay cólera) El siglo de las Luces, El Recurso del Método, los cuentos del Llano en Llamas o la novela Pedro Páramo, o las Ficciones de Borges, y lo más triste del caso no podrá leer el Quijote. Pero esto no es siquiera lo más importante porque los lectores tenemos todo el derecho del mundo a ser tan ignorantes como nos dé la gana, pero que Encuentro en la Red publique la carta de María José criticando un texto que podrá tener todos los defectos del mundo, pero nunca este que se le señala, si que es penoso, sobre todo teniendo en cuenta que la cartas de los lectores están sometidas a la “censura” del “diario” y allí se arrogan el derecho de editarlas y con esos “derechos” las cartas de los lectores dejan de ser de ellos, para convertirse en las cartas de la redacción, por tanto no entiendo, me siento desconcertado. Si no entiendo a la lectora “anglofóbica” menos entiendo a “Encuentro”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

apreciada señora, gracias por dedicar tanto tiempo a comentar mi comentario.
Ahora no tengo a mano el artículo que no terminé de leer, pero no me refería a las palabras "no ortodoxas" que usted menciona. De otro lado, absolutamente todos los libros que usted dice no podré leer, los he leído, y en su mayoría antes de cumplir los veinte años. Lamento hacerle saber que soy traductora, crítica literaria y escritora, y aunque aprecio mucho los neologismos, el texto me pareció una barrabasada al estilo de las universidades norteamericanas, donde se enreda la frase a falta de un contenido. quizá ustedes, que están tan cerca, sin querer, del Imperio, no lo notaran, pero a mí me chirría y mucho.
Cordialmente, María José Furió.

Infortunato Liborio del Campo dijo...

Veo que María José se ha puesto furiosa (¿o ese es su apellido?)
Pero creo que de mi textículo se puede inferir que mi diatriba no iba contra la Furiosa María, sino que me pareció injusta la crítica de ese texto, al menos por las razones arguidas, es decir anglicismos y que por esa razón fuera ilegible. Ahora que vivo en España, creo confirmar que los españoles y parece que los cubanos que viven en la Madre Patria, encuentran serias dificultades para entender el español hablado fuera de España y les va fatal con las lenguas extranjeras. En Cuba, ni a los niños se le ocurriría llamar a Spiderman sino es al menos imitando lo más posible su pronunciación inglesa. Me propongo dedicarle un post a este tema de los anglicismos en España próximamente. Hay un texto de Jardiel Poncela, muy interesante, sobre el tema, que parece viejo. Sólo espero que a María se le aplaque la Furia.