jueves, octubre 05, 2006
Muriendo y no pasa nada
No te diste cuenta Miguel que el que está muerto es el pueblo cubano. Lo que observaste son los restos de lo que fue una nación, son nuestros despojos, los gusanos y bacterias que inundan su cadáver. En eso nos ha convertido nuestro glorioso comandante. Y tú no lo puedes apreciar bien porque ibas con esos dólares en el bolsillo, moneda que nosotros ahora podemos oler. Como las hienas para la carroña, hemos desarrollado un olfato especial para los Yumas. No hay misterio. Visten ropa, calzado, perfumes, cremas, relojes, joyas que casi ningún cubano tiene (todo al mismo tiempo), gastan dólares y van a lugares que se pagan en dólares. Los cubanos podemos hacer eso muy raras veces. Pero no tenemos especial predilección por robar a los Yumas, también nos robamos a nosotros mismos, lo que pasa es que los que vienen de afuera no están vacunados contra tanta inmoralidad y nosotros estamos en la viva; pero igual da, si no te roban en el precio, te roban en el peso o en la calidad. De la podredumbre sólo saldrá podredumbre. Solamente Hércules nos podría ayudar a limpiar estos establos o aquella carga necesaria de la que hablaba Villena.
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