jueves, octubre 05, 2006

Carta a Enrisco

Ex-timado y dos veces perdido, mas encuentrado En-risco
Que alegría (que no risa) me da volver a saber de ti. ¿De donde nos conocemos? En realidad no nos conocemos, pues aunque yo he oído escribir de ti y hasta he leído tus ex-critos, el viceversa no se cumple, ni-mi-edad en la que no nos detendremos por el momento, todo lo cual no es óbice para que yo sienta una alegría (no una alergia) y una esperanza tremenda de haberte recuperado, luego perderte dos veces. Te parecerá extraño, aunque verás que no lo es tanto, luego que haya terminado esta pequeña histeria.

Hace diez años, estaba yo fuera Cuba (y no en el archipiélago de los Canarreos) cuando sufrí tu primera pérdida. No ha mucho tiempo que había yo comprado un libro tuyo editado en la colección Brand New Pines, (“Pérdida y ¿Recuperación? de la Inocencia”) o de tu autoría para ser más preciso, porque el libro antes de ser adquirido, por un servidor, pertenecía a cierta empresa comercializadora de libros del Ministerio X (y aquí no me voy a poner a despejar ecuaciones algebraicas, que por cierto no tienen nada que ver con los hebreos) y luego del acto de compra-venta, que, debo reconocer, fue en moneda nacional, pasó a ser de mi propiedad.

Pues estaba yo muy orondo y contento con aquel divertido texto en la madre-patria visitando unos amigos, de los de aquí pero que pernoctan allá, cuando en un acto de solidaridad humana en medio de la euforia que nos da a los lectores cuando encontramos un libro que nos complace (y cuando nos bajamos por el gaznate tres cuartos de litro de Pedro Domeq) se lo regalé a mis queridos camaradas. (Oye tú y yo que pensé toda mi vida que Pedro Domecq había sido un pelotero). Toma, toma los míos yo tengo más en mi casa, les dije. Ellos, en reciprocidad, me obsequiaron, nada más y nada menos, que con una edición española del Paradiso de JL, con lo cual, aparentemente, salía ganando en este fraterno y etílico intercambio de regalos.

Cuando regresé a la hija-patria no pude localizar tu libro, mi libro, nuestro libro, causándome pesadumbre, por lo que, en compensación, me dispuse a leer Paradiso. -Me han estafado- pensé luego de la tercera vez de haberlo intentado y de no haber pasado del asma y las ronchas, a lo sumo y después de mucho esfuerzo llegué hasta el pastel de hojaldre o hasta la tiza en la pared, es eso Duanel tiene razón, maldita la poca gracia que tenía JL para narrar, no podía creer que para llegar al famoso capítulo VIII hubiera que leerse los primeros siete capítulos, eso era una Ulisea, si total en cualquier novelita porno aquello se hacía más patente y sin el castigo previo de los VII contra Tebas. Yo creo que el verdadero valor de la novela, su monumental estatura de catedral gótica, debe estar pallá-trá, pa los file, en la cocina, como en una ruta 84, pero ni Duanel ni yo hemos llegado hasta el fondo, bueno, ¡tú sabes como se ponen esas guaguas! A lo mejor Duanel y yo estamos en los sótanos de la catedral y nos estamos perdiendo la belleza de los apuntados arcos, las bóvedas de crucería, los arbotantes, los contrafuertes, los rosetones de vidrio policromado del Paradiso.
Pasó el tiempo y pasó un águila por el mar y yo me lamentaba de no poder recuperar el librito de marras (¿otro dueño para nuestro libro?) cuando, felizmente, en vísperas de otro viaje más allá del archipiélago de los Canarreos, en la librería que está frente al Capitolio, la que antes era de Ciencia y Técnica, (actividad esta que dejó de ser próspera en el improperio en que se nos ha convertido este Paradiso rodeado de Jardines Reales y Archipiélagos Canoros) encontré sorprendentemente tu-estro libro, que seguía siendo de la sobredicha empresa, por lo que tuve que ventacomprarlo, depositando su módico precio de cincuenta centavos, aunque esta vez en la moneda del enemigo, es decir, del enemigo de la empresa. (Oye tú, que cara se ha puesto la cultura, hay que trabajar todo un día, para comprar un libro que, a juzgar por la extensión, a ti no te debe haber llevado todo un día escribir) Es verdad que me admiró mucho que, luego de diez años transcurridos desde su edición, se pudieran encontrar, aún, algunos ejemplares en circulación, lo cual habla claramente de la calidad de tu, mi, nuestro libro; de la eficiencia de suestra gestión de ventas y de lo floreciente de la siniestra cultura nacional. Pero, que contentura tú, que regocijo, que placer, que júbilo, que deleite, por fin podría volver a disfrutar de miotu libro como en los viejos tiempos, una lectura amena e interesante que reflejara, aunque fuera sutilmente, nuestra realidad, que, por cierto, seguía siendo la misma que diez años atrás, (bueno si para Gardel veinte años no eran nada y para el comandante 47 años menos que nada, diez añitos que podrán ser) por lo que tu libro, nuestro libro, seguía teniendo vigencia, no y por el camino que vamos creo que serán necesarias nuevas ediciones, pues vigencia es lo menos que se pierde en esta retoño-patria. Los que si se pierden son ustedes los escritores. Oye compadre, horita no va ha haber aquí quien escriba, no digo yo una novela, un libro de cuentos o un poemario, según estoy viendo la cosa, va a llegar el momento que no tendremos ni quien nos escriba las actas del partido, las vamos a tener que fotocopiar y cambiarles la fecha, que, ahora que lo digo, no me parece mala idea, si en definitiva todas dicen lo mismo. Hasta los más chiquitines cuando tienen deseo de chupar un Chupa-Chups (que orgullosamente importamos de la madre-patria, previa exportación de nuestro azúcar, lo cual me hace recordar una película que me contaron) y no pueden porque no tienen los módicos centavos de moneda enemiga necesarios, enseguida tú los ves que buscan cualquier pedazo de papel (no, de cartucho no, porque ya no hay ni cartuchos de papel) y escriben, escriben, escriben, (no, la manquita no escribe, acuérdate que la manquita pinta) para ver si algún día se compran el Chupa-Chups en algún lugar más allá del archipiélago de los Canarreos y febrilmente citan a Góngora, a Joyce, a Proust, a Poe, a Borges y todos esos godos difíciles y por supuesto a Lezama, aunque no estén tan seguros de si Lezama les ama, pero no pierden la esperanza y la esperanza para estos niños viene siendo un caramelo redondo con un palito plástico metido en el medio, el palito tiene que ser plástico, porque si el palito fuera de palito, entonces fuera un pirulí o a lo sumo una chambelona y entonces va perdiendo gracia la cosa, porque para pirulís y chambelonas no hace falta escribir tanto, basta con un poco de realismo socialista, que es en moneda nacional y es mucho más fácil, pero no se sabe las consecuencias que tendría esto para la economía patriohijeña, porque entonces no importaríamos los Chupa-Chups y como consecuencia no sería menester exportar nuestra azúcar, aunque también es verdad que ya no exportamos tanta azúcar, pero no es por lo que piensan nuestros malosos enemigos de que ya no podemos producirla, sino porque luego no tendríamos dinero para comprar tantos Chupa-Chups. Por lo que yo llego a la conclusión, que ustedes los escritores de aquí, que pernoctan allá, son más útiles a la hija-patria que los escritores de aquí que pernoctan aquí, porque tienen una decisiva influencia en la conservación de nuestras tradiciones productivas y un estímulo estupendo para nuestros jóvenes creadores, nuestros Carpentieres en ciernes, nuestros futuros Vigiliospiñeras, nuestros Lezamistas en potencia.

Luego de esta digresión innecesaria continuaré mi historia, tú historia, nuestra histeria. El águila, que se encarga de darle agua al tiempo, volvió a pasar y encontrándome yo, que nunca me he perdido, un poco más allá de los Canarreos, se me vuelve a extraviar “tu libro”, el cual no debes confundir con “tu libro” el primero. Nada, que como dice mi madre, cuando el mal es de Ca…. no valen guayabas verdes, ni tamarindos dulces y ni amarrando a San Dimas logré recuperarlo. Entonces volví a mi aflicción, a mi pena, a mi pesar, a mi congoja, (¿A Cuba?) porque sería mucha casualidad que yo regresara a Canarreos-adentro y pudiera encontrar tuestro libro por tercera vez y eso me da una rabia tremenda, porque en mi estante sigue resistiendo, estoicamente, el paso de las águilas la novela de JL, como retándome, burlándose de mí, sacándome la lengua. A veces he llegado a pensar en mis momentos de desesperación, que no son precisamente escasos, en destruirla, despedazarla, quemarla, pero si algo me ha detenido en mi deseo malévolo, destructivo, demoledor y pirómano, no ha sido el de la esperanza de algún día poder leerla, sino la de encontrar otro imbécil, sanaco y comemierda, al que se la pueda cambiar por un ejemplar del librito tumío. Porque te imaginas lo que es estar en posesión de un texto “sempervigentis”, tal obra no la había logrado nadie hasta ahora, con ese apego a la realidad, con ese adherirse a nuestra inconmovible existencia, que tal parece que la realidad está acoplada al texto, que no quiere mudanzas para no desmerecer de la obra literaria. Para que Cervantes hubiera logrado algo remotamente parecido, algo lejanamente análogo, los españoles montarían, todavía, sobre rocinánticas cabalgaduras, suspirando por dulcinaicas labriegas, llevando armaduras, adargas, lanzas y rodelas y arremetiendo contra cuanto molino o rebaño de cabras, se les interpusiera en el camino Ah! y sin Pedro Domecq. Sería alucinante chaval (¿o alucinógeno?) y sin necesidad alguna de “tradiciones altoperuanas”. Por cierto, hablando de tradiciones ¿el-evo se rompió la nariz jugando al fútbol o se cayó durante la práctica de uno de sus tradicionales y folklóricos rituales? Aunque creo que he sido injusto con nuestra realidad, nuestra realidad si ha cambiado, nuestra realidad si se ha transformado, nuestra realidad si se ha transfigurado señores y mucho, aunque para peor, lo que lejos de consolarme me encoj…, pero dejémoslo aquí.

Me parece que, ya a estas bajuras del relato, podrás comprender que luego de haber sufrido tanto la irreparable pérdida, me da una alegría tremenda volverte a encuentrar, hecho todo un polifacético periodista, ahora lo mismo narras un juego de pelota, que eres crítico musical y no sin falta de gracia, creo yo (así comenzó Carpentier, por la música, por la Arquitectura, etc, es verdad que no llegó ni a músico, ni a arquitecto pero por carambola llegó a escritor, a lo mejor por ese camino, va y algún día, también llegas tú) aunque debo confesarte que te noto algo cambiado, ya no eres tan sutil, has pasado de un simbolismo casi Kafkiano (¿o Kaka-i-ano?) a un falso-naturalismo casi Zol-i-ano y creo que debo señalarte algunos desaciertos que he encuentrado en esta versión Light de ti mismo, observándote desde aquí arriba, desde la insoportable levedad de mi ser.

Y fíjate, aquí sí, se me va a subir la cubanía pa la cabeza (¿o el cubaneo?), como el “chispa e´ tren” (por favor explícale tú a los sectarios de Pedro Domecq que es el chispa, porque son agotadoras estas interrupciones, nuestro Diccionario Provincial casi Razonado y el Nuevo Catauro de Cubanismos están necesitados de una urgente renovación, para no hablarte de la RAE cuyas últimas ruinas las estamos demoliendo nosyotros ahora) Ahora sí, que me engorilo y no me voy a andar con contemplaciones. Nada de, -yo opino diferente-, ni de, -lamento que no concordemos en ese aspecto-, ni nada de esas blandenguerías de la gente decente del albicontinente. Estás totalmente equivocado en todo lo que escribes en la paginucha de “humor” de Encuentro. Lo primero que quiero criticarte es ese bochornoso entreguismo a las potencias extranjeras, esa afrenta para nuestro pueblo. Con los alienígenas tienes consideraciones, comprensiones, deferencias; para ellos si hay explicaciones innecesarias de la significancia de “parqueo”, se puede decir, que es hasta una falta de respeto, porque, a ver, yo te pregunto, a ver ¿y a nosotros quien c… nos explica que cosa es un chorizo, dime, eh, dime? Porque nosotros somos un pueblo decente, caramba, venirnos a insultar con malas palabras. Yo creo que nosotros no vemos un chorizo desde que Cervantes escribió El Quijote hace como cuatrocientos años.

Además los españoles no son devotos del chorizo sino de la frutabomba cubana. Las que sin son devotas del chorizo son las españolas, o de la morcilla, que para el caso es lo mismo. Hay que ver como se vuelven locas con un trozo de morcilla entre pecho y espalda, caramba si ya no damos abasto a la producción de negritos, con lo cual se explica, en el censo, la escasez de los devotos de Changó. (parafraseándote a ti mismo, pero usando bien el adjetivo) Eso es discriminación de los compañeros extranjeros, porque los blanquitos nos estamos quedando solos en esta canarreica isla, y eso no es justo, caballeros. Es verdad que nosotros los discriminábamos a ellos antes, pero tampoco es para que nos castiguen así. Yo propongo que nos entreguen convoyados. Por cada negrito que la compañera de afuera se quiera llevar, tiene que cargar con dos blanquitos, para mantener la proporción. Sistema este que, como recordarás, tuvo mucho éxito en el MINCIN por allá por los años 80, cuando, si tú ibas a comprar un cubo plástico (y creo que no haya necesidad de explicar a ningún albipellejudo europeo que en Cuba todo el mundo se baña con un cubito) junto con el cubo, te tenías que llevar un abanico soviético pa tiempo de frío y un libro de Abel Prieto. Oye tú y que buenos resultados tuvo aquello, logramos salir de todos los productos ociosos, no, y del tiro Abel Prieto llegó a ministro. Por supuesto que el método mío-nuestro es mucho mejor que el del MINCIN, porque tiene la ventaja de que mientras que la compañera española o alemana o de cualquier país pletórico de alburas, le da natural uso a su oscura adquisición, los dos blanquitos podríamos trabajar, por lo que, si se viene a ver, somos más bien una inversión productiva, una ñapa lucrativa, con lo que todos ganamos, el negrito su blanquita, los blanquitos trabajo, alojamiento y comida decente, la blanquita su chorizo entre pecho y espalda y hasta la hijopatria saldría beneficiada, ganando en limpieza, en vacío, en abandono, en desertez. (¿o en deserción?)

La otra cosa que no te admito es esa psicosis, esa obcecación, esa ofuscación que tienes con el comandante, el comandante para aquí, el comandante para allá, que si el comandante tiene la culpa de que no haya comida, que si el comandante es el responsable de que no haya luz, que si el comandante es la causa de que no haya transporte, gasolina, vivienda, ropa, zapatos y un etcétera talla 3XL, todo es el comandante y no te lo admito, esa psicosis, esa obcecación, esa ofuscación con el comandante… déjanoslas a nosotros (no a Nosyotros). Si, porque en definitiva ya tú brincaste el charco, a ti ya no te faltan ningunas de esas cosas, ya tú tienes, ropa, zapatos, comida, luz, vivienda, transporte y un etcétera 3XL ¿y también quieres cogerte el tema del comandante? No jodas. ¿Y los que estamos aquí, qué, ni siquiera vamos a tener el aliciente de escribir mal de él? Contrimá “Ya el comandante tiene quien le escriba” Oye, por cierto, el barba-comander no es ninguna computadora como tú dices. ¿Sabes por qué lo sé? Fácil, las computadoras no chochean, si Ramo-net tuvo que recurrir a los recortes granmisticos fue porque no hay ser humano que logre desenmarañar cien horas de chochadas del comandante. Al final terminas sin saber, si el comandante va a conectar los médicos a los grupos electrógenos o si Abel Prieto va ganar el próximo campeonato de boxeo. Fíjate si es así, que lleva un mes en el hospital corrigiéndoles las respuestas al Ramo. (y en Cuba si todo el mundo sabe lo que significa corregir) Trabajo le debe haber costado porque ha bajado como 40 libras. ¿Será que, como uno de los primeros pasos del integramiento latinoamericano en el marco del ALBA, el comandante habrá comenzado a practicar las “tradiciones altoperuanas” de el-evo? ¿Ustedes se fijaron bien si el palito, que sostenía Chavito en la histórica foto, era la daga del Libertador o una pipa de fumar marihuana? Aunque no, pensándolo bien, no, porque parece que Chavo se la llevó encondía y está acusado de ladrón, además el comandante, hace muchos años, dio el ejemplo, de dejar de fumar (puros habanos) porque eso daña la salud, ahora se dedica a exportar y venderle los puros habanos (no los puros habaneros, que esos se exportan solos) a los ricos capitalistas, enemigos de él y que, mira que casualidad, también salen en Forbes, aunque sin renegar de sus millones, ni apostarse sus corporaciones. Pueblos del mundo, explotados de todas las naciones, camaradas, trabajadores, proletarios de todos los países uníos, al fin un verdadero aporte al Marxismo, al fin se ha encontrado un límite a la explotación del hombre por el hombre, al fin se acabarán las sociedades divididas en clases. La solución ha llegado señores. El capitalismo va a morir de cáncer.

Además Risqui (si, porque después de tantos años de amistad, ya te puedo chiquear el nombre, ¿no?) hay dos o tres errores de apreciación en tus ex-critos, que es necesario enmendar. Por ejemplo, es mentira que un buey sea más lento que un tractor parado por falta de petróleo, es mentira que la revolución haya sido neolítica, (a no ser en el sentido de que lo, único nuevo, que hay para comer sean piedras) porque cuando los neolíticos cultivaban la tierra con los bueyes, después recogían las cosechas y nosotros no hemos llegado a esa etapa todavía. Es mentira que en Cuba no se admitan medios de información extranjera, ya estamos montando nuestro primer canal de la televisión china y va a estar disponible en casi todas las provincias del país (donde haya hoteles para extranjeros, lo cual es una flagrante redundancia) porque vamos a convencer a los turistas capitalistas de lo malo que es el capitalismo, pero ahora se lo vamos a decir en chino, para ver si lo entienden, oye compadre, porque, que brutos son los turistas esos, tú, años y años explicándoselo en ruso y ellos ni jota, a ver si ahora en chino tenemos mejor suerte. Es mentira también, que las ollas sean altas consumidoras de electricidad, como se pensó, no señores, las ollas no gastan absolutamente nada, si no se les hace funcionar y además duran, sin usarse, para toda la vida (como el comandante) o para toda la vida del comandante. Es mentira también que no nadamos, aunque, es verdad que no nadamos en café, ni nadamos en leche, ni nadamos en carne de puerco, ni nadamos en petróleo, (en azúcar estuvimos a punto compadre, pero por un tilincito de dos milloncitos de toneladas, nos quedamos abanicando los brazos en el aire) pero nadamos, aunque sea delante de los tiburones del canal de Bahamas, pero nadamos, además, no nos ha ido tan mal, mira que pobladita tenemos la Florida (no la de Camagüey sino la del Yumagüey) y para ser justos, para ser honestos, para ser objetivos, para ser realistas, compañeros, yo creo que a los tiburones no les ha ido tan mal tampoco y de esa forma, nosotros, que nos gustan las comparaciones, somos el país que ha contribuido más al equilibrio ecológico, es verdad que le ganamos a Haití por un pelito, pero le ganamos, debe ser que con este baño de lejía, esta blanqueadura que nos ha dado el comandante, tenemos más pelitos que pasitas y los pelitos nadan mejor que las pasitas y los tiburones, que son calvos y lampiños, se comen a las pasitas primero que a los pelitos, y eso que ellos (los haitianos, no los tiburones) hicieron la Revolución cuando nosotros ni soñábamos tener comandante y nos llevan como ciento cincuenta años de ventaja, que, si salimos parejo, que raya les hubiéramos dado. (Esto es lo que yo llamo humor negro, Chamfort, Jonathan Swift y Thomas de Quincey, comparados conmigo, eran unos diletantes.)

Bueno, querido En-risco (espero que no tengas nada que ver con Churrisco, aunque ojalá que si, mucho, con churrasco) creo haber cumplido mi deber en esta, no tan larga como aburrida, carta, de poner las cosas en su justo lugar, es decir, en el olvido. Espero que te haya servido de lección y de escarmiento, porque esta reprimenda (¿o represión?) de verdad que te la merecías. Finalmente, sólo deseo hacerte saber que no quisiera que el comandante se muriera, pero no por las razones de la cesantía, porque, por muchos años, todavía, habrá gobiernos entupidos, habrá tiranías, lacras y vicios de los seres humanos de los cuales reírnos, que, como se sabe desde que Arquíloco y Aristófanes montaran este negocio hace un burujón de años, es la manera más sana de señalarlos, sino que, como la venganza es un plato que se come frío, yo, por el contrario, desearía que el comandante viviera 80 años más, aunque no en el poder, por supuesto, sino que lo pasara a retiro y lo pondría a vivir como jubilado, en una ciudadela de la Habana Vieja o en cualquier bajareque del campo, de esos que se caen cuando pasan los ciclones, con la opción adicional de evacuarlo tres o cuatro veces al año, (na, para tenerlo entretenido) le daría su libreta de abastecimiento (“cartilla de racionamiento” para los adoradores del Peyo), para que compre el “cerelac” que le toca a los viejitos (el cerelac de Punto y Coma, no el de la Nestlé), su picadillito de soja y sus seis huevitos mensuales para que se haga su tortilla semanal, (tampoco lo vamos a matar de hambre ¿no?) para que disfrute sus apagoncitos de vez en cuando y tenga su agüita un par de veces a la semana y el jefe sector vigilándolo todo el día, ¡y como que lo cojamos vendiendo maní o los tabacos de la cuota, tú vas a ver lo que le vamos a hacer! También recogiera todos los periódicos Granmas disponibles y se los guardaría, para que durante 80 años le asistieran en su función sanitaria; le regalaría un televisor Panda y un equipo de video, con el que viera diariamente, en los momentos en que hubiera electricidad, sus propios discursos (pero sin la novela detrás) y a intervalos regulares pasearlo en camello, (que en este caso será un camello de verdad) para que vaya observando como la hijopatria se desarrolla sin el amparo de su brazo tutelar y para que comprobara, al cabo de todos esos años, que, la Historia, no lo absolverá. Creo que, con un plan como este, con esta receta de “Esto no es Vida” quedaría más que satisfecho. Sería esta la única manera en que, yo, recuperaría la inocencia.

Bueno viejo. Hasta aquí llega esto, me voy que se me va el camello y llego tarde a la reunión del núcleo, tenemos círculo político y mira tú que casualidad, hoy toca estudiar el último discurso del comandante. Espero no volver a perderte, pero si me pierdo, queda escrito.

Chao pesca´o y a la vuelta picadillo.
Infortunato Liborio del Campo (Conde de Lotromonte)
(septiembre de 2006)

No hay comentarios.: