Es curioso observar como se debate en torno al Marxismo, como los males del mundo se deben al Marxismo o como la solución de estos males se deberán al Marxismo. Los antimarxistas le achacan a Marx el Estalinismo, el Fidelismo, el Maoísmo, el Guevarismo y todos los “ismos” menos el lirismo. Por otro lado los “Marxistas” arguyen que el Marxismo es la teoría que justifica el Estalinismo, el Fidelismo, el Maoísmo, el Guevarismo y todos los “ismos” menos el lirismo; pero lo más curioso de todo es que los Marxistas y los Antimarxistas no citan para nada a Marx; se cita a Lenin, a Trotski, al Che, a Keynes, Sartré, Chomsky, Petras, Vicente Niño Ortí y hasta Santo Tomás de Aquino menos a Marx.
Lo interesante es que los mismos personajes citados sirven como comodines, lo mismo a favor que en contra, en un estéril malabarismo intelectual, en una infructuosa pantomima de las ideas donde, en el tan llevado y traído tema del Marxismo, el propio Marx no aparece por ningún lado, es sólo una etiqueta para designar posiciones ideológicas contrapuestas en las que la teoría marxista no juega ningún papel sustancial, donde Marx sigue siendo un fantasma, un personaje que puede ser lo mismo Dios que el Diablo y valga la redundancia, pero cuyo cuerpo de conocimientos sigue sin estudiarse. No es de extrañar que sea así, porque al final todos tienen miedo de que efectivamente Marx tuviera razón, primero porque demostraría que el capitalismo tendrá un fin, más o menos cercano, confirmando que la que no tiene fin es la Historia y en segundo lugar y medalla de oro, porque demostraría el absurdo de los regímenes “comunistas” actuales, destinados a desaparecer, más temprano que tarde, según la propia teoría de Marx. El debate sobre el marxismo es como un juego de ping pong pero sin pelota, en el que los contrincantes hacen amagos con sus raquetas, desarrollan rapidísimos remates, le proporcionan espectaculares efectos a una pelota que no existe y esta pelota se llama Carlos Marx.
Por eso yo me quedo con el lirismo, como el de ese poeta que canta y dice “Balseros, navidades, absolutismo, bautismos, testamentos, odio y ternura. Nadie sabe qué cosa es el comunismo y eso puede ser pasto de la censura. Nadie sabe qué cosa es el comunismo y eso puede ser pasto de la ventura.” y con el de ese otro poeta que murió asesinado por sus propios “compañeros comunistas" y decía que “el comunismo será, entre otras cosas, una aspirina del tamaño del sol”
jueves, octubre 26, 2006
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